17.8.08
HOY EN LA PRENSA... odiel información
‘La vida es sueño’ de Calderón de la Barca barrió ayer el patio de butacas... ...del Festival Castillo de Niebla. La representación dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente tuvo un éxito rotundo de público, que disfrutó de la pieza culmen de la dramaturgia calderoniana.
Con un elenco formado por actores como Chete Lera, Fernando Cayo o Faniel Huarte, Pérez de la Fuente Producciones ha llevado a escena este clásico del Barroco español escrito por Pedro Calderón de la Barca. Manuel Víllora ha elaborado una versión de esta obra teatral, una pieza que se representó en tres actos y que fue estrenada en 1635.
En escena, Segismundo, Rosaura, Basilio, Clotaldo, Astolfo, Estrella y Clarín interpretaron una de las obras más conocidas y estudiadas de Calderón de la Barca y que diserta sobre la libertad o el poder de la voluntad frente al destino. En palabras de su director ‘La vida es sueño’ "es uno de los experimentos dramáticos más portentosos del teatro universal y una joya del barroco español" y su protagonista, "el Hamlet español". El patio de butacas estuvo hasta la bandera, puesto que las entradas estaban agotadas desde hace varios días.
Esta adaptación sobre la obra de Calderón ha sido dirigida por un director con una larga trayectoria teatral. En 1980, fundó una compañía de teatro independiente con la que inició sus primeros pasos como director. En 1985 se titula como actor y director por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, y cuatro años más tarde obtiene la plaza de Director de la Escuela de Teatro del Centro Cultural de las Rozas. Entre 1990 y 1996 desarrolla una intensa actividad como director de un importante número de producciones. De 1996 a 2004 ocupa el cargo de Director del Centro Dramático Nacional. Este año de 2004 de ja la Dirección del Centro Dramático Nacional y re toma su profesión de forma privada. De 2002 a 2007 ocupa el cargo de Presidente de la Asociación de Directores de Escena (ADE). Durante su carrera profesional ha cosechado numerosos premios.
Esta obra, paradigma del género de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las cuestiones más trascendentales del Barroco, como la libertad o el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo ante las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia, considerada como un simple sueño. En suma, esta historia, estrenada en 1635, transmite la consoladora idea de que, incluso en sueños, se puede todavía hacer el bien.