Bajo este nombre, la cadena autonómica andaluza Canal Sur prepara un nuevo reality show para después de verano. La idea es muy original y está copiada de una experiencia similar que realizó recientemente la televisión gallega; observar las evoluciones de dos familias medias andaluzas instaladas en un cortijo, reproduciendo los hábitos de vida de hace un siglo a lo largo de diez semanas.
La experiencia de telerrealidad puede ser muy interesante, tanto para los espectadores como para los protagonistas. Éstos últimos, deberán moldearse a unas condiciones de vida bastante alejadas de las comodidades de hoy en día y demostrar su capacidad de adaptación y autosuficiencia. Las peripecias de las dos familias serán registradas las 24 horas del día y son las que decantarán la balanza del lado de una o de la otra a la hora de dictaminar un vencedor.
Lo más interesante de este formato es que las familias no podrán descansar ni un segundo. En todo momento deberán reproducir tanto las actividades necesarias para la subsistencia (cuidado de los animales y de los campos), como las formas de relacionarse de hace un siglo. De esta forma, las tareas y relaciones familiares también deberán amoldarse a la realidad de hace cien años, en la que mujeres y niños se ocupaban del cuidado del hogar y de los animales, mientras que el cabeza de familia se centraba en las labores del campo.
La experiencia de telerrealidad puede ser muy interesante, tanto para los espectadores como para los protagonistas. Éstos últimos, deberán moldearse a unas condiciones de vida bastante alejadas de las comodidades de hoy en día y demostrar su capacidad de adaptación y autosuficiencia. Las peripecias de las dos familias serán registradas las 24 horas del día y son las que decantarán la balanza del lado de una o de la otra a la hora de dictaminar un vencedor.
Lo más interesante de este formato es que las familias no podrán descansar ni un segundo. En todo momento deberán reproducir tanto las actividades necesarias para la subsistencia (cuidado de los animales y de los campos), como las formas de relacionarse de hace un siglo. De esta forma, las tareas y relaciones familiares también deberán amoldarse a la realidad de hace cien años, en la que mujeres y niños se ocupaban del cuidado del hogar y de los animales, mientras que el cabeza de familia se centraba en las labores del campo.