La actividad cinegética genera 30 millones de euros
La caza es una actividad ancestral que con el paso del tiempo se ha transformado y cambiado su fisonomía. Lejos están ya las imágenes en blanco y negro del cazador, escopeta al hombro, con su perro y las descripciones que ofrecía Miguel Delibes en sus obras literarias.
Aunque aún quedan algunos resquicios de aquello, la actividad cinegética se ha convertido en un auténtico negocio que mueve miles de millones de euros. El volumen es tal que cada una de las comunidades autónomas están elaborando o lo han hecho normativas para regular la actividad cinegética. Este es el caso de Andalucía. Así, el Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado recientemente el Plan Anddaluz de Caza en el que se realiza un diagnóstico del sector, que se actualizará cada cinco año, analizando la situación de las especies cinegéticas (caza mayor, menor y predadores), planteando además unos objetivos concretos. También se ha aprobado el decreto que crea el Certificado de Calidad Cinegética (pionero en Europa), que permitirá identificar los cotos en los que se realiza una gestión de excelencia. Se trata de una figura de carácter voluntario, excepto para los acotados de caza mayor que tengan una superficie mallada menor de dos mil hectáreas.
Al margen de estos aspectos novedosos en la actividad cinegética, los cazadores desempolvaron sus rifles el pasado 12 de octubre coincidiendo con la apertura de la temporada de caza mayor. Con anterioridad se habían habilitado diversos periodos de caza menor.
Así, el 8 de agosto se levantó la veda del conejo, que se prolongó hasta el 9 se septiembre. Posteriormente, el 7 de octubre se habilitó de nuevo el periodo de caza hasta el 2 de diciembre. A partir del 15 de agosto se pudieron utilizar los perros, una medida que se podrá ampliar hasta el 9 de diciembre en terrenos donde existan daños habituales en la agricultura, pudiéndose extender todos los días de la semana.
La paloma torcaz se puede cazar del 7 de octubre al 3 de febrero, los zorzales y el estornino pinto del 4 de noviembre al 27 de enero y las aves acuáticas del 7 de octubre al 27 de enero (del 11 de noviembre al 27 de de enero en el entorno de Doñana).
El periodo de caza de la perdiz roja, liebre, codorniz y resto de especies de caza menor se prolonga del 7 de octubre al 30 de diciembre y el de la becada del 14 de octubre al 6 de enero. Sin embargo se podrán seguir corriendo liebres con galgos atraillados y cazando liebres con azor y águila harries hasta el 27 de enero; perdices, ánades reales y faisanes objeto de suelta en cotos intensivos y en escenarios de caza hasta el 30 de marzo; y codornices objeto de suelta en escenarios de caza hasta el 30 de marzo, y durante todo el año en cotos intensivos.
En cuanto a la perdiz roja con reclamo en la provincia de Huelva serán días hábiles de caza los comprendidos del 8 de enero al 18 de febrero en la zona baja (todos los términos municipales excepto los de la Sierra) y del 15 de enero al 25 de febrero en la zona alta (Sierra).
Ciervo, gamo, muflón arruí, jabalí y cabra monté se pueden abatir del 13 de octubre al 10 de febrero y el corzo del 5 de marzo al 15 de abril. En este caso, las batidas podrán realizarse en los cotos que las tengan aprobadas en sus planes técnicos de caza únicamente del 5 de marzo al 5 de abril. Aquellos que renuncien a ellas, podrán solicitar prórroga para poder cazar a rececho hasta el 25 de mayo.
Sobre al cupo de capturas de cada especie sólo se permite cazar diez piezas entre tórtola y codorniz por cazador y día; paloma torcaz en media veda, quince piezas; zorzal, veinticinco piezas; aves acuáticas en el entorno de Doñana, quince, con un máximo de siete ánsares; y perdiz roja con reclamo, cuatro.
Desde hace semanas se escuchan ya los disparos de los cazadores por la Sierra y del Andévalo, comarcas que aglutinan la mayoría de los cotos en Huelva. Según la Junta de Andalucía, en la actualidad existen 812 cotos de caza, de los cuales 566 están dedicados a la caza menor y el resto, 246 a la caza mayor, con un total de más de un millón de hectáreas.
La mayoría de los cotos de caza mayor se ubican en la comarca de la Sierra y los de caza menor en el Andévalo. Sin embargo, en esta zona en muchos de los espacios cinegéticos se da un aprovechamiento mixto de las dos modalidades de caza, uno principal y otro secundario. En este caso, normalmente el aprovechamiento primero suele ser el de caza mayor y el secundario la caza menor.
Según el presidente de Aproca-Huelva, Marcos Feria, cada vez son más frecuentes los cotos de caza mayor en el Andévalo debido a los problemas de enfermedad que se han producido en el conejo, a la abundancia de especies mayores en la zona y a las grandes extensiones de dehesa que existen.
La actividad cinegética se desarrolla en cotos sociales o en privados. Los primeros suelen ser terrenos que pertenecen a la Administración (municipal o regional). Cada uno de ellos tiene unas características particulares atendiendo al número de socios, las cuotas a pagar o el reparto de las piezas.
Por lo general, en un coto social de la zona del Andévalo la cuota por socio es de alrededor de 600 euros al año, ya que el número de asociados puede alcanzar los doscientos. Aquí, el trofeo (cabeza y cornamenta) se lo lleva el cazador que ha abatido la presa y la carne se reparte entre aquéllos que han participado en la montería. Las piezas obtenidas en la caza menor se distribuyen en partes iguales entre todos los cazadores. Este es el caso de Sociedad de Cazadores de Calañas, un coto social con unos doscientos socios y trescientos años de antigüedad, que preside José Manuel Borrero.
En un coto privado la cuota a pagar se sitúa entre los 1.200 y los 1.500 euros, aunque puede alcanzar incluso los 6.000. Estos últimos son los menos. Aquí el número de socios es menor y también se puede practicar la caza pagando por día de cacería o por pieza.
Pero además de la cuota, la caza tiene otros gastos como el transporte de los animales abatidos, las realas de perros que se utilizan para la caza mayor o incluso el pago por descuartizar las piezas para ser repartidas.
Con todo esto, la actividad cinegética mueve en la provincia de Huelva unos 30 millones de euros al año, producto de toda una serie de necesidades que conlleva la caza, en mayor o menor medida. El fin último es abatir la pieza pero hasta entonces se generan distintos procesos y actividades unidas a las caza. Tal es así, que en Andalucía la caza genera un millón de empleos eventuales a lo largo de la temporada, además de los fijos en guardería y en áreas especializadas.
Según Marcos Feria, cada vez se requiere más especialización bien sea para la gestión de la finca cinegética y el Certificado de Calidad Cinegética o como la figura del control de predadores para lo que se requiere realizar un curso. "Vamos hacia una caza mucho más tecnificada y reglada. Ya no se tanto a la improvisación, y para eso se requieren especialistas y cursos de formación para gestores cinegéticos, para guardas, para la elaboración de los propios planes técnicos de caza. Aunque se trata de una actividad muy antigua, también se está adecuando de los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías", señala el presidente de Aproca.
(Huelva Información, 4 de noviembre).