En la ceremonia de Primera Comunión de hoy, la pequeña Paula ha querido felicitar a su madre de una forma muy especial:
Tu corazón comprendía cuando necesitaba una amiga.
Tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacía falta una lección.
Tu fuerza y tu amor me guiaron y me dieron alas para volar.
Eres la única persona del mundo que siempre está de forma incondicional.
Si te rechazo, me perdonas. Si me equivoco, me acoges.
Si los demás no pueden conmigo, me abres una puerta.
Si estoy feliz, celebras conmigo.
Si estoy triste, no sonríes hasta que me hagas reir.
Eres mi amiga incondicional.
Mi madre es capaz de dar todo sin recibir nada.
De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio.
De invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le aporte su inversión.
Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando los demás lo han perdido.
Gracias por ser mi madre.