22.6.11

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Niebla Asalto a la casa de Valentín Ramos

El matrimonio se recupera "con fortaleza" de la agresión sufrida

Con heridas físicas, pero con un estado anímico más que aceptable. El empresario Valentín Ramos y su esposa Mercedes se recuperan de la brutal agresión sufrida la madrugada del lunes durante el asalto a su vivienda, en la que permanecieron varias horas retenidos. Ayer volvieron a su casa, después de pasar la noche con unos familiares, y estuvieron acompañados en todo momento por sus hijos, familiares y amigos, mientras la actividad en la empresa trataba de recuperar la normalidad cuanto antes. Por la tarde se fueron a casa de un hijo para evitar la caída de la noche y rememorar el incidente, aún demasiado reciente.

"Se encuentran bien, dentro de lo que cabe. Están bien anímicamente, con fortaleza, un poco más mi padre que mi madre, y dándonos ánimos a todos los demás".

Daniel, hijo mayor del matrimonio y uno de los máximos responsables de la empresa familiar, se ha convertido en portavoz de la familia. Habla del estado de sus padres, de algunos detalles -pocos- del asalto y reitera su agradecimiento por las muestras de apoyo y cariño que ha recibido la familia desde que se conoció el suceso.

"Le estamos muy agradecidos a todo el mundo. Han sido muchas las llamadas de teléfono y los correos electrónicos recibidos. La gente se está portando muy bien, de aquí de Niebla, de toda la provincia, de fuera... Ahora nos están demostrando el cariño que ya sabíamos que le tenían a mis padres", comentó ayer a este diario.

En estos momentos, la salud de Valentín Ramos es lo que más preocupa en la familia. "Mi padre -explicó Daniel- está más tocado físicamente, muy magullado y con un ojo muy mal. Hasta mañana [por hoy], cuando la inflamación baje, no podrán examinarle de nuevo y ver la gravedad que tiene la lesión".

Sobre el asalto, el hijo mayor del matrimonio Ramos confirmó que los atracadores sorprendieron dentro de la casa a sus padres, aunque precisó que la irrupción se realizó antes de la medianoche y que abandonaron la vivienda mediada la madrugada, dejando varias horas al matrimonio maniatado "en un pequeño zapatero que tiene mi madre, muy pequeño, de un metro cuadrado, con muebles obstaculizando la puerta de salida, hasta las 9:00, que llegaron los empleados".

"Mis padres llegaron de la playa y estuvieron en casa haciendo sus cosas, viendo la tele. Cuando iban del salón al dormitorio, tres o cuatro atracadores les salieron al paso. Le preguntaron a mi padre: "¿Eres Valentín Ramos? ¿Venís de la playa? Esto es un secuestro", y les amordazaron, empezaron a pegarles y les separaron. A cada uno -siguió contando- le dijeron que iban a matar al otro. La paliza continuó y a mi padre le dieron un martillazo en el globo ocular".

Daniel Ramos asegura que ni sus padres se ponen de acuerdo en el número de asaltantes, dada la confusión del momento y a que les separaron en la casa. Sí está claro que al menos fueron tres, y que uno de ellos era español, por su habla, del mismo modo que otros dos eran extranjeros, sin que el matrimonio haya podido precisar su nacionalidad o raza. "Ninguno de ellos, desde luego, era del pueblo", dijo.

Los atracadores permanecieron en todo momento con pasamontañas y guantes. Arrojaron los móviles al inodoro y apuntaron constantemente con linternas a sus rostros.

Daniel confirmó que hace un mes instalaron un sistema de seguridad en la vivienda pero descartó que fuera por haber recibido amenazas o indicios de un posible asalto en el futuro. "Fue por precaución, pero no ha servido de nada". Las cámaras, de hecho, fueron destrozadas a martillazos por los atracadores, y también el disco duro de un servidor. "Venían directos y sabían lo que hacían", concluyó.