Anoche celebraron una cena de convivencia todos y cada uno de los componentes del tradicional grupo de esquileros. En esta ocasión cambiaron esquilas, panderetas y demás instrumentos por mesa y mantel en un conocido restaurante de la ciudad. Buena idea y mejor ambiente, colofón al periplo de este 2006. Gracias a todos ellos hemos tenido en una vez más esos añorados cantos. Gracias.
Por otro lado, desde los pisos de la calle Arrabal, nos avisaban anoche de la visita del coro de las madres de la parroquia o "Las Madres del Coro", buenos acordes y animadas todas para ambientarnos en lo que podría ser también otra tradición, que perdure y ánimo.
Ayer tarde hablamos con la Hermana Amparo, está ahora destinada en Sevilla, nos enviaba su felicitación para todos y nos decía muy emocionada que continúa añorando a nuestra buena gente. Felices Fiestas desde Niebla.
