El PSOE da curso a la moción de censura y pone fecha a la investidura de Pichardo
Fiel a la hoja de ruta pactada y con menos de 24 horas para digerir el resultado electoral de los comicios nacionales, el Partido Socialista presentaba ayer lunes a las 12:30 en el registro municipal la anunciada moción de censura contra el alcalde de Niebla, el popular Antonio Fernández, quien ha gobernado el último mes con dos únicos concejales, tras retirarle el apoyo los cuatro homónimos del PA.
De esta manera y según fija la normativa, el próximo 2 de diciembre a las doce del mediodía (diez días naturales con posterioridad al registro de la moción) se celebrará un pleno extraordinario donde habrá de darse curso a una medida que dejará en bandeja la Alcaldía a los socialistas (fuerza más votada en mayo). Será tras el preceptivo y anunciado apoyo de los andalucistas, toda vez que una moción de censura ha de ser aprobada por mayoría.
La futura alcaldesa y portavoz socialista, Laura Pichardo, consideró que el movimiento representa un acto de "responsabilidad", en tanto en cuanto se dará estabilidad a la institución y se permitirá un gobierno fuerte en el que estará al frente del gobierno la lista más votada.
Pichardo recordó que, a pesar de esta circunstancia, han sido "respetuosos" con la coalición PA-PP durante el tiempo en que han gobernado, sin dolerle prendas en desarrollar una labor de oposición a la que quedaron relegados. Sin embargo, puntualizó, la retirada de la confianza por parte del PA ha venido a fijar un nuevo escenario político en el que dos concejales "no pueden llevar el peso de una corporación integrada por 11 miembros".
En este sentido reiteró que han dado un tiempo prudencial al alcalde a efectos de que reconsiderase su situación política y se "dignase" a presentar su dimisión.
La representante socialista arremetió contra la gestión del alcalde, al que acusó de "despilfarrador, como sostiene que "ha quedado demostrado en las fiestas locales, con gastos superfluos que no se corresponden con la actual situación económica" y que han dado lugar a que, "por primera vez en la historia de la democracia de Niebla, los funcionarios cobre el día 18 de en vez de a primeros de mes".
Para el PP, la Alcaldía de Niebla ha tenido un claro precio político: "La vicepresidencia de Giahsa". En una lectura más profunda Fernández recordó que fue envestido alcalde por mayoría absoluta y a esa labor es la que me he dedicado en estos últimos meses. "Son otros (PA) los que me dieron el apoyo y ahora deciden quitármelo". El regidor justifica que el alcaldable andalucista, Francisco Viejo, ha pretendido "gobernar en la sombra y mantener sus tejes manejes, algo a lo que no estaba dispuesto", convirtiendo en una bicefalia la gestión municipal más allá del reparto de concejalías.
De igual modo, Fernández acusó a los socialistas de querer amortiguar "la sangría de votos sufrida en cada nueva cita con las urnas con prácticas que le brinden nuevas cotas de poder". Con respecto a la 'oferta' de dimisión, el edil cuestionó que estas palabras provengan de partidos "aferrados al poder o, como en el caso de Viejo, que después de perder casi la mitad de los votos en los pasados comicios locales quisiera seguir mandando en la ciudad".
Una lectura diametralmente opuesta hace el portavoz del PA, Félix Castillo, para quien es un día triste para la democracia desde lo que implica reconocer un "error": el apoyo a Fernández el día de la investidura. El edil no ocultó que hubiera deseado que Niebla no pasara por este trance y el alcalde dimitiera "en un acto que le habría honrado" y como decisión natural "tras verse desprovisto de apoyos para desarrollar su labor de gobierno".
No en vano la labor de Alcaldía se había visto constreñida hasta el punto de que las comisiones de gobierno no se podían celebrar a consecuencia de la falta de quórum.
Durante los meses en los que se ha desarrollado el pacto, el alcalde ha desempeñado las áreas de Patrimonio, Personal, Economía y Hacienda; su compañero de filas hacía lo propio con Deportes, Festejos, Urbanismo y Juventud. En contrapartida, sus socios de gobierno (PA) tendrían en sus manos el resto de concejalías: Ángela Ramos, Asuntos Sociales y Desarrollo Local; Francisco Viejo, Medio Ambiente; Félix Castillo, Educación y Agricultura, y María González Sanidad, Consumo y Mujer.
La moción pondrá fin a uno de los gobiernos locales más efímeros de la historia de la provincia de Huelva. Sólo cuatro meses han sido necesarios para que las costuras del pacto entre andalucistas y populares estallen por los aires. En retrospectiva, el único nexo de unión entre sendos líderes parece haber sido a la hora de echarse la culpa del fracaso de este matrimonio político, todo, coinciden, por culpa de "querer abarcar todas las parcelas de poder". El PP justifica que fueron ellos quienes ostentaban la alcaldía, mientras que el PA abanderaba que ellos poseían mayor número de concejales.
El pulso de poder dinamitaba una endeble coalición, fruto de la improvisación y del intento in extremis de Viejo de evitar que los socialistas le arrebatasen la alcaldía, una vez que el PP mostró su voluntad firme de no apuntalar ningún pacto de gobierno. Ante la posibilidad de que el gobierno recayera en el PSOE, el PA apoyó la investidura del PP, si bien sabiendo de antemano que podrían reclamar como contrapartida determinadas concejalías ante la inviabilidad de gobernar con solo dos concejales. Una inusual maniobra que escribe su fin de forma prematura.